Una noche más
A veces pienso que la capacidad de soñar me abandona, en especial en las noches en que solamente soy capaz de ver en el mundo, una faceta especialmente aterradora y espeluznate(más bien debe ser un aspecto de mi mismo): La desesperanza.
Cuando esto sucede, las imágenes de innegables existencias surcan mi mente, impregnándola de no siempre agradables pensamientos (no, nada agradables en ocasiones).
La fantasía entonces es empujada a los más profundos lugares, resguardandose incluso de mi mismo.
Comienza luego la exasperación, al perderme buscando ilusiones en odiseas interminables, ocurridas entre el insomnio y el cansancio, al brillo del cielo carente de estrellas de la ciudad.
Hay sin embargo, viejos y poderosos remedios personales, contra los cuales ni siquiera la cerca del abatimiento puede imponer su insólita fuerza.
Entre las llanuras y valles apenas poblados, sobre agrestes montañas bajo el extenuante calor del desierto, 0 en medio de irrepetibles construcciones vegetales, en la selva, a orillas de un río; quizá a mitad de un extraordinario viaje a Marte, la música de Ennio Morricone me ha devuleto al mundo de distancias infinitas y posibilidades ilimitadas.
4 Comments:
ah, un buen final, al menos
perder la capacidad de soñar se parece demasiado a morir, desde ,i punto de vista.
Espero que nunca tengas que sufrir algo asi...
Oh, yo tampoco quiero que llegue ese momento...
¡Al menos mientras funcione mi reproductor de discos no ocurrirá! :D
Cada uno de nosotros nos agarramos de algun lado para poder seguir soñando, la musica es mi objeto favorito
Catusvulnus, ¡estamos de acuerdo!, la música es poderosa. Aunque no siempre coincidamos en el número de estrellas ;D
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