miércoles, abril 13, 2005

Una mota de polvo

La vieja idea de que el universo no es más que una parte de uno muchísimo mayor, y que, a su vez cada átomo del nuestro es un universo en si, me ha parecido siempre atractiva. Lo recordé hoy, al releer un capítulo de uno de mis libros favoritos: Cosmos, de Carl Sagan.

Su mano suave y regordeta recorrió la arena, removiendo la superficie y descubriendo, en cada ocasión, nuevos puntos brillantes que despedían reflejos de la luz del sol. Recogió un puño, lo abrió acercando la palma de la mano al rostro. Observó detenidamente, desde ángulos distintos, tratando de conservar las partículas más brillantes antes de deshacerse del resto con un soplido. Era ya casi medio día y había pasado toda la mañana empeñado en su tarea.
En su sueño, la noche anterior, había recogido hermosos destellos del suelo y en sus manos cada uno de ellos, se convertía en algo maravilloso.
Al levantarse, de inmediato había ido al jardín y comenzado a seleccionar burdamente, por puñados, la arena. La que parecía según su impresión, con más posibilidades de reflejar la luz. La depositaba en una caja metálica que había contenido galletas y que su madre le había permitido conservar.
Al medio día, justo cuando la caja estaba llena, sus amigos llegaron. Le preguntaron que hacía y el les explicó todo. Entonces, tomó un puñado de la caja. Apretó con todas sus fuerzas y al abrir la mano, sopló suavemente. Los granos de arena se dispersaron en el viento, iluminándose algunos, al ser tocados por los rayos solares y apagándose de inmediato otros.
Sin embargo, el espectáculo no le pareció demasiado impresionante a sus amigos. Probaron cada uno un par de veces, luego vaciaron la caja y decidieron jugar a otra cosa.

Al flotar en el aire, de forma ya imperceptible para los niños, la arena se agrupaba, chocaba entre si, y los puñados una vez compactos, se expandían hasta desaparecer, integrándose al polvo de la atmósfera.
En ese lapso de tiempo, aparecimos nosotros.... y ahora flotamos como una mota de polvo en el claro de la mañana.


¡Gracias Ninf! Por ayudarme a darle forma a este relato.

6 Comments:

Blogger Isi said...

Es un relato muy hermoso. Me recuerda vagamente a una de las Leyendas de Becquer, en la que cuenta la creación del mundo....

(Isa buscando en la estantería)

...vale, se llama La creación, poema indio (joder, qué espesura tengo, ni que el título fuera tan difícil de recordar...). Ea, me voy a trastear por el mundo, besotes, majo!

2:38 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Uhmm... No conozco esa historia.

Yo también buscaré en la estantería....

¡Oh no! ¡No hay estantería! ¡Está todo vacío!

Con razón...

:D

10:10 a.m.  
Blogger arafel said...

vaya, robert, muy buena historia.
nunca fue mas cierto eso de "del polvo venimos y al polvo volveremos", creo :P
solo que esta vez el significado me parece menos pesimista, mas poetico.

2:47 p.m.  
Blogger arafel said...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

2:55 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

jejeej me ruborizo! me ruborizo!
^^ sabes que el relato me gustó mucho, no tene´s porqué darme las gracias cielito ^^

Besotes

6:27 p.m.  
Blogger Ogion el silencioso said...

Saludos betillo, ahora me doy cuenta deque efectivamente tienes algo de artista... aun que sean los zapatos... (es broma) mucha suerte y sigue escribiendo. Como dice Nietzche "el lengua hablado vulgariza el mensaje" por consiguiente el escrito hace que estè conserve lo docto.Hasta la próxima

12:13 p.m.  

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