martes, julio 25, 2006

Un cielo tachonado de estrellas

"-Lo que dices no son más que palabras vanas, hijo del carpintero, palabras vanas. ¡Estamos hartos del reino de los cielos, de la justicia y de la libertad! ¡Queremos milagros, milagros! En este terreno te espero. Haz milagros si quieres que creamos en ti. De lo contrario, ¡cierra el pico!

-Todo es milagroso, anciano -respondió Jesús-. ¿Por qué pides otros milagros? Baja la mirada: la más humilde brizna de hierba está asisitida por un angel de la guarda que la ayuda a crecer. Alza los ojos al cielo... ¿no es un milagro el cielo estrellado? Y si cierras los ojos, anciano, ¿no hallas milagroso el mundo que está dentro de nosotros? ¡Nuestro corazón es un cielo tachonado de estrellas!
Lo escuchaban confusos, y se miraban unos a otros."

Nikos Kazantzakis, La última tentación.

2 Comments:

Blogger Catusvulnus said...

mmmm no, porque atribuir esas cosas a Dios y no a la naturaleza, estoy en desacuerdo totalmente.

1:37 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Pero y al final... ¿existe alguna diferencia?

5:02 p.m.  

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