lunes, junio 27, 2005

Vagando en el paisaje

Cuando por primera vez leí Frankenstein, me quede atrapado en sus páginas desde el mismo prólogo, he aqui un fragmento del mismo:

"En el verano de 1816 estuvimos en Suiza, donde fuimos vecinos de lord Byron. En un principio pasamos nuestras horas más agradables en el lago o vagando por sus villas. Lord Byron, que escribía entonces el tercer canto de Childe Harold, era, entre nosotros, el único que llevaba al papel sus pensamientos. Estos, que nos iba presentando, adornados con toda la luz y la armonía de la poesía, parecían poner algo de divino en las glorias del cielo y la tierra, cuyas influencias compartíamos con él."
"Más aquel verano fue húmedo y desagradable y las lluvias incesantes nos obligaban a menudo a pasar días enteros en la casa. Cayeron en nuestras manos algunos volúmenes de historias fantásticas, traducidas del alemán al francés. Estaba allí El relato del enamorado inconstante, el cual, cuando pensó en abrazar a la doncella a quien se prometiera, se encontró en brazos del pálido fantasma de la mujer por él abandonada. Hallamos también la historia del depravado fundador de su raza cuyo destino desgraciado lo condenaba a dar un beso de muerte a los hijos menores de su casa embrujada, precisamente al llegar a la pubertad. A los rayos vacilantes de la luna podía verse, a media noche, su forma gigantesca y oscura, ataviada con una amardura, como el duente de Hamlet, pero con el yelmo levantado, y que avanzaba lentamente a lo largo de la lúgubre avenida. Perdíase aquella forma detrás de la sombra de los muros del castillo; más no tardaba en oirse crujir una puerta y el ruido de unos pasos. Abríase la puerta de la habitación y avanzaba hacia los niños, vencidos por el sueño de la juventud y la salud..."
"...-Escribamos una historia de fantasmas cada uno de nosotros -dijo lord Byron, y su proposición fue acepatada."


Seguramente aquellos tiempos y lugares de Mary Shelley no eran como yo los imagino, pero no dejo de pensar en lo fantástico que me parecería caminar al resguardo de magníficos paisajes de montañas y bosques con pequeños lagos, mientras, acompañado de tus amigos dejas volar tu imaginación hacia historias no contadas y paraísos no creados. Resguardarte bajo la lluvia y conversar sobre ideas que se queden dando vueltas y vueltas en tu cabeza hasta pasada ya la "hora de las brujas" sin dejarte dormir de la emoción.

¿Sera posible todavía? ¿lo sería alguna vez?

Intentemoslo, anda, caminemos hacia allá y platiquemos.

2 Comments:

Blogger Karina Llergo said...

Aún se puede. Sigue habiendo lugares mágicos. Y la imaginación no muere. Todavía pueden contarse mil historias junto al fuego, o vagar por laberintos de árboles y hojas al amanecer o bajo la luz de las estrellas. Unicamente es saber encontrar el sitio adecuado.
...y convencer a los amigos de que caigan por ahi ;)

Y que crees? no he leido Frankenstein

3:32 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Nimra, creo que Frankenstein te gustaría.

Me agrada eso de los laberintos de árboles y hojas, me buscaré uno para pasear... siempre y cuando no sea como el de el Resplandor.

2:24 p.m.  

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