martes, mayo 31, 2005

Hojas

Algunas veces, de camino a casa por las noches, paso cerca de algunos árboles; suficientemente cerca para escuchar el ruido que hacen sus hojas y sus ramas al ser mecidas por el viento. Me gusta pensar que es una forma más de conversación, que las hojas, siempre inquietas, platican de lo sucedido durante un día más. De cómo sobrevivieron al apetito de algún insecto o ave, de la gente que se cobijo bajo su sombra, del último adios a sus hermanas que fueron arrancadas por un niño travieso, y de aquellas aventureras que se dejaron arrastrar por el viento para emprender un incierto viaje lejos de las raíces que las vieron crecer.

Si, me gusta pensar en ello.

lunes, mayo 23, 2005

Sólo la noche es cierta

La infinita Sheherazada

En la noche mil uno Sheherazada contó al sultán el cuento de una muchacha llamada Sheherazada que durante mil y una noches contaba al sultán un cuento en el que una muchacha llamada Sheherazada contaba en mil y una noches un cuento en el que..., y, en fin, en la noche mil y una le preguntó el sultán:
¿Entonces, podría ser que nosotros también sólo seamos los personajes de un cuento?, y Sheherazada dijo que sí, y el sultán volvió a preguntarle: ¿Luego no somos reales tú y yo, ni lo es este palacio?, a lo cual ella volvió a responderle: En efecto, no somos reales, ni el palacio ni su inmenso jardín ni esta ciudad ni el desierto que nos rodea, y él parpadeó y dijo: ¿No hay nada, pues, que sea real?, y respondió ella:
-Si, la noche.

Esto fue un fragmento de la nota Mitos revisitados, de José de la Colina, publicada en el periódico Milenio.

El fin de semana he visto una película excelente, claro, en mi opinión. El título con el que se conoció en México es Una serie de eventos desafortunados.
Aunque según yo, recae en esa idea tan usada en muchas películas sobre un enfrentamiento entre el bien y el mal, tiene momentos grandiosos y es sumamente entretenida. Utiliza además un narrador y eso es algo que siempre me agrada.

No creo que el mundo pueda ser visto como una arena en donde el bien y el mal; la oscuridad y la luz diriman sus diferencias (en todo caso, irreconciliables). Y esto porque las personas no somos ni completamente bondadosas, ni totalmente malvadas (salvo algunas excepciones, claro está :D ). Cada uno de nosotros a cada momento, tomamos caminos que nos inclinan a uno u otro lado, pero en general pienso que todos tratamos de hacer lo que consideramos correcto.

Si, tal vez lo único cierto sea la noche, pero ello no hace más que resaltar los destellos aún cuando por su tamaño podrían perderse si no fuese la oscuridad la que los rodeara.

De nosotros depende no perderlos de vista.

viernes, mayo 20, 2005

Mi guerra contra el reloj

Hoy decidí librar una batalla personal contra el reloj. No contra el tiempo, porque al final y por agotamiento, yo sería exterminado mientras él permanece inmutable (¿cambia el tiempo mientras permanecemos? ¿o el tiempo es siempre el mismo pero quienes cambiamos somos nosotros?), no, no me atrevería a desafiarle de manera abierta, al menos no en este plano existencial :D

Así pues, por la mañana, decidí dejar el reloj en la cabecera, no consultarlo durante el camino al trabajo, y quitarlo de la computadora. Me estoy guiando por el sol, las sombras, y mi apetito para la hora de la comida. Y cuando tenga que salir del trabajo, usaré mecanismos similares. Por la noche, la luna y las estrellas conducirán mis pasos.

Supongo que, en su momento, tener un aparato que nos permitiera medir el paso del tiempo (o nuestro paso por él), debe haber sido sorprendente. Finalmente dos personas podrían reunirse en el mismo punto de esa dimensión temporal, sin temor a interpretaciones subjetivas. Se podrían organizar las actividades cotidianas.

Ahora bien, al popularizarse, dejó de ser un invento al servicio del hombre, y sin que nos dieramos cuenta, nos hemos convertido en sus esclavos. Así es, el reloj domina nuestras vidas durante una gran parte de las mismas, sin que en la mayoría de lasa ocasiones estemos claramente conscientes de ello.

Tu despertador te levanta, y si tienes que ir a la escuela o al trabajo, tienes que contar los minutos exactos para el desayuno, el baño, la limpieza y el transporte. Llegas a tu destino, y consultas al maldito aparato para asegurarte de que has cumplido sus caprichos. Luego tus actividades se realizan al ritmo que te indica, e incluso la comida, queda sujeta a sus indicaciones. Cuando te quedas de ver con alguien, fijas el momento en que habrás de ver a esa persona, de acuerdo a tus verdaderos amos: las manecillas.
Viajes, trabajos, diversiones, comidas, citas... todo bajo su dominio (hasta la hora en que dejas un comentario en un blog)

Por hoy, seré libre de eso, al menos. Es una batalla que a la larga, también perderé. El día que tenga que tomar un avión, el lunes al sonar el despertador, cuando "mi jefe" (odio esa expresión) me pida entregar algo a tal momento.... caeré nuevamente. Pero por este día, al menos, ha sido divertido.

jueves, mayo 19, 2005

¿Logoterapia?

"Les pregunté si un chimpancé al que se había utilizado para producir el suero de la poliomielitis y, por tanto, había sido inyectado una y otra vez, sería capaz de aprehender el significado de su sufrimiento. Al unísono, todo el grupo contestó que no, rotundamente; debido a su limitada inteligencia, el chimpancé no podía introducirse en el mundo del hombre, que es el único mundo donde se comprendería su sufrimiento. Entonces continué formulando la siguiente pregunta: <<¿Y qué hay del hombre? ¿Están ustedes seguros de que el mundo humano es un punto terminal en la evolución del cosmos? ¿No es concebible que exista la posibilidad de otra dimensión, de un mundo más allá del mundo del hombre, un mundo en el que la pregunta sobre el significado último del sufrimiento humano obtenga respuesta?>>"

Viktor E. Frankl.
El hombre en busca de sentido


El día de hoy visité nuevamente algunos pasajes de ese maravilloso libro del Dr. Frankl, no es ninguno de autoayuda, pero si de valiosas reflexiones sobre el sentido de la vida, que finalmente es distinto para cada uno, y aún así depende de las circunstancias.

No todo en la vida es sufrimiento y dolor, tristeza y penurias. Sin embargo, si así fuese, podrían tener un significado más allá de nuestra comprensión.

Cada individuo posee una historia, un pasado único que, visto hacia atrás, tiene un valor que no siempre es notorio desde el presente.

"En vez de posibilidades yo cuento con las realidades de mi pasado, no sólo la realidad del trabajo hecho y del amor amado, sino de los sufrimientos sufridos valientemente. Estos sufrimientos son precisamente las cosas de las que me siento orgulloso aunque no inspiren envidia"

Yo sustituiría "En vez de", por "Además de".

Este blog cada vez va mas raro...

martes, mayo 10, 2005

Altamar

Como buen marinero me gusta inventar historias. Así, hombres y mujeres suelen encantarse con mis anécdotas: que he degustado carne de sirena; que en una noche de tormenta observé el rostro del Diablo; que en el canto de las ballenas oí la voz del paraíso; que he caminado por islas sólo habitadas por mujeres hermosas, que al respirar la brisa del Ártico rejuvenecí veinticinco años; que soy marinero y la gente se encanta al creerse mis historias.

Marcial Fernández


Nos gusta inventar historias, lo hemos hecho desde antes que conocieramos el lenguaje oral, cuando nos comunicabamos con señas, ruidos y gestos. Cuando nos reuníamos alrededor del fuego por las noches y contemplabamos aquellas lejanas fogatas en el cielo, contabamos de las bestias y monstruos que habíamos visto o enfrentado durante la jornada. Hablábamos de regiones lejanas, de los sitios por los que habíamos pasado y del lugar de donde veníamos. Antes de que existiera la ciencia, ya buscabamos explicaciones para todo lo que encontrabamos.

Actualmente no concebimos historias para explicarnos el porque de muchas de las cosas que nos rodean, pero seguimos fantaseando, vamos al cine porque nos gusta que nos cuenten ficciones o realidades que nosotros no hemos vivido, o tal vez si, pero de cualquier modo es placentero que alguien te lo relate desde su muy particular punto de vista. Algunos leemos por el mismo motivo, y entre los distintos paisajes y lugares que van poblando nuestra imaginación, siempre queda lugar para nuevas leyendas, transformadas, que hemos de contar, por el puro placer de hacerlo.

Vivimos en un mar de historias, el caudal del rio que lo alimenta es infinito, por fortuna.

lunes, mayo 09, 2005

Jonás

He dicho más de una vez que los periódicos en México cada vez son de menor calidad, y siempre enfocadonse con mayor peso a la nota roja y al sensacionalismo (al menos la mayoría). Mi opinión no ha cambiado, pero este sábado encontré en el periódico Milenio, un comentario sobre El libro de las ballenas, ahi estaba este pequeño poema que se llama Jonás:

Hace tanto tiempo que dejé de morir
que hoy, sin darme cuenta,
he muerto al fin, petrificado.
Me alejé de los paseos nocturnos,
para reposar sentado debajo de este foco amarillo,
y ahora la noche anida en mis ojos.
Hace tanto que cómodamente sentado
miro esta blanco pared
pero no extraño nada
ni siquiera el dolor de mi cuerpo.

No necesitamos estar atrapados en una laberíntica e insondable cavidad de ballena para sufrir el mismo destino, ¿no es verdad? Que triste.

martes, mayo 03, 2005

¿No es curioso que los días felices puedan resultar extraños?



Lo comprende mi corazón

Por fin lo comprende mi corazón
Escucho un canto,
contemplo una flor:
¡Ojalá no se marchiten!



Un recuerdo que dejo

¿Con qué he de irme?
¿Nada dejaré en pos de mi sobre la tierra?
¿Cómo ha de actuar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir,
a brotar sobre la tierra?
Dejemos al menos flores
dejemos al menos cantos

Nezahualcóyotl

domingo, mayo 01, 2005

Un cuento breve

Hace ya más de un año me encontré un cuento, una historia muy breve que me gusto mucho, pero que luego perdí (¡Cuidado al depurar los archivos de la PC!) y ahora ni siquiera puedo acordarme del autor. Antes de que se me olvide por completo -lo cual puede ocurrir en cualquier momento, ya me conocen- lo quiero contar, aunque sea a mi manera:

Un día un agujero negro se tapo. Presuroso, Dios envió varias estrellas a remediar la situación, pero quedaron atrapadas al tratar de desbloquearlo. Entre más estrellas llegaban más grave era el problema. Así pues, Dios en persona acudió con un gran destapacaños y comenzó a bombear con sorprendente ímpetu hasta que logro quitar la obstrucción.
Entonces la fuerza de atracción del agujero, ya desatada y sin obtáculos, empezó a jalar todo lo que estaba a su alrededor con una velocidad sorprendente. Las estrellas que estaban ahí fueron absorbidas de inmediato, y Dios mismo no pudo escapar al tirón.
Desde entonces todo mundo busca a Dios, pero nadie puede encontrarlo, pues el mismo está perdido al otro lado de un hoyo negro.

Algo así iba, espero no haberlo alterado demasiado en la escencia.